El ataque de pánico es un trastorno que presenta síntomas físicos, como la sensación de estar cercano a la muerte o a la locura. Puede existir un aumento rápido del ritmo cardíaco, dificultad para inhalar y una sensación de asfixia, entre otras cosas.
El primer episodio nunca se olvida, por lo tanto, es común que aquellos que lo hayan experimentado sientan temor de que vuelva a sucederles.
Siempre existe una predisposición transgeneracional, un entorno familiar de naturaleza ansiosa (las personas que lo rodean o lo rodearon han sido ansiosas, temerosas o sobreprotectores) y un evento estresante o desencadenante.
Los factores desencadenantes pueden ser comunes y parte de la vida diaria, por ejemplo, una situación que cause estrés, mudarse de casa, enfermedades o la pérdida de seres queridos, accidentes, cambios en el trabajo, y otros eventos similares.
El trastorno de ataque de pánico limita la vida de la persona, ya sea evitando sus actividades habituales o realizándolas solo con alguien más, por temor a sufrir otra crisis sin tener ayuda o escapatoria.
Quizás sea el resultado de un parto complicado o de relaciones incestuosas en la historia familiar.
Los síntomas más comunes son: Palpitaciones, sudoración, temblores, sensación de falta de aire, presión en el pecho, náuseas, problemas gastrointestinales, sensación de desmayo y de irrealidad, miedo a perder el control, a morir, sensación de hormigueo, escalofríos o golpes de calor, etc.
Aparecen de manera repentina. Se alcanza la máxima intensidad a los diez minutos.
Puede suceder mientras estamos tranquilos, caminando sin dificultades, hablando con amigos o colegas. Es difícil respirar y la sensación de mareo nos hace considerar la posibilidad de desmayarnos. Nos quedamos congelados por el miedo sin poder entender lo que está sucediendo, pero algo es evidente para nosotros: percibimos que estamos en una situación de peligro.
SENTIDO BIOLÓGICO
Sobreexcitación del sistema simpático. Impedir movimientos que nos pondrían en peligro. Respuesta de parálisis ante una reacción que no podemos llevar a cabo.
CONFLICTOS A BIODESCODIFICAR
Desvalorización y falta de protección.
Conflicto con un enemigo invisible al que no podemos combatir.
Temor a ser forzado a realizar un movimiento que no podemos realizar.
Miedo de no poder controlar la situación, de no tener una forma de escape cuando hay peligro.