Escuchar al cuerpo no es algo fácil de hacer. Se necesita tiempo, paciencia y perseverancia para aprender a hacerlo. De hecho, estamos entrenando nuestra mente y cuerpo para que sean sanos coherentemente y tiene que suceder gradualmente a medida que nos familiarizamos con el funcionamiento y los matices de nuestro mundo interior. Sin embargo, cuando lo hacemos bien, nos volvemos capaces de usar nuestros cuerpos y mentes como los instrumentos finamente perfeccionados que realmente son.
CÓMO ESCUCHAR AL CUERPO
El término médico para escuchar al cuerpo se llama interocepción y se define como: “Conciencia del propio cuerpo… íntimamente ligado a la identidad propia, el sentido de ser yo”. Entendemos por interocepción a la percepción del estado interno del organismo, aportando información sobre el funcionamiento o disfunción de las vísceras y órganos internos. Se trata de un sentido que nos ayuda a mantener la homeóstasis o equilibrio corporal. Una pregunta clave es cómo el cerebro integra diferentes señales sensoriales del cuerpo para producir la experiencia de este cuerpo como el propio”.
Con una profunda conexión cuerpo-mente podemos aprender a sentirnos con bienestar dentro de nuestra propia piel y ésta es una habilidad que podemos desarrollar. Más que eso, los estudios sugieren que, a menos que aprendamos a cultivar esa sensación de bienestar dentro de nuestros propios cuerpos, no podemos cambiar físicamente de la manera que queremos. Sin que nos demos cuenta, hay un diálogo constante entre nuestra mente y nuestro cuerpo, lo que significa que más allá de la necesidad de que aprendamos a “escuchar” al cuerpo, realmente necesitamos aprender a escuchar este diálogo.
Entonces, ¿cómo hacemos todo eso exactamente?
CONECTA CUERPO Y MENTE
La clave para escuchar realmente a nuestro cuerpo y comprender lo que dice es sentir empatía por él (y por nosotros mismos). Al fin y al cabo, es nuestro cuerpo, vivimos dentro de él. Muchas veces estamos culturalmente condicionados a “resistir las cosas” y eso se malinterpreta como una necesidad de negar. Si nos sentimos estresados por una situación en particular o por nuestro estilo de vida en general, tendemos a ignorar el sentimiento, reprimiendo nuestras emociones y continuando hasta que nos derrumbamos.
Adoptamos la misma “valentía” sin sentido cuando estamos enfermos o heridos. Tendemos a seguir adelante con una determinación obstinada que hace caso omiso de las señales de advertencia. Por lo general, terminamos agravando las cosas en lugar de mejorarlas. He aquí cómo evitar todo esto en primera instancia:
ESTAR ABIERTO A CÓMO NOS SENTIMOS. Eso significa que no ignoramos las situaciones que nos hacen sentir estresados e incómodos. Por supuesto, muchas veces no tenemos otra opción y no podemos alejarnos, pero el reconocimiento nos permite darnos cuenta de que nos estamos estresando y eso significa que podemos manejarlo mejor.
ESTABLECE UNA RUTINA. Incluso los estilos de vida más erráticos todavía tienen algo de rutina. Una rutina nos permite saber cuándo está bien reducir la velocidad un poco y tomar un respiro antes de seguir adelante.
SONRISA. Una sonrisa libera las mismas endorfinas en nuestro cuerpo como si estuviéramos genuinamente felices y después de un tiempo todo comienza a caer en perspectiva.
MEDITAR. Es importante aprender a meditar con una técnica adecuada y que sea posible de implementar en nuestra vida cotidiana.
SER REALISTA. Pasar de cero a héroe en cualquier tipo de programa de entrenamiento rápido es una receta para el desastre y una llamada a la decepción. El cuerpo es una máquina adaptativa pero necesita tiempo para adaptarse.
SER AMABLE CON USTED MISMO. Esta es probablemente la parte más difícil de seguir. Tendemos a sacrificarnos con demasiada facilidad porque nuestro cuerpo es algo que controlamos, lo que hace que sea fácil ignorar primero nuestras propias necesidades.
Nuestros estilos de vida modernos han invertido el orden natural de nuestra biología, pero nuestros cuerpos aún son antiguos en sus deseos y composición. Sobre exigirnos es exactamente el tipo de cosa que crea emociones de culpa y frustración que luego nos ciegan a las señales que nos envía nuestro cuerpo y nos cargan con emociones negativas y la necesidad de lograr un perfeccionismo imposible.
Excelente artículo , lo compartiré con gusto. Hace falta hacer conciencia de que el bienestar está en nuestras manos en nuestra mente y en la decisión de amarnos y cuidar la vida nuestra vida
Comparto 100% lo que éste artículo, estoy reconociendo y estoy en pos de escuchar a mi cuerpo.
Gracias!!
Estoy aprendiendo espero poder lograr escuchar a mi cuerpo..
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