Todas las personas tenemos mecanismos para gestionar las emociones. Estos mecanismos buscan protegernos del dolor. El problema es cuando “huimos” de nuestras emociones, nos resistimos a ellas y las escondemos, para luego proyectarlas en el mundo como nuestra sombra. Los mecanismos más frecuentes que utilizamos para huir de nuestras emociones son:
1. LA REPRESIÓN: En la mayoría de los casos reprimimos los sentimientos de forma inconsciente a causa de los programas que llevamos incorporados. La represión nos lleva a la negación y a la proyección. Este último proceso mental es el más común: proyectamos en los demás las causas de nuestros problemas. La represión de las emociones nos lleva a cambios de carácter, insomnio, indigestión, enfermedades etc.
2. LA EXPRESIÓN: Implica que se deben sacar las emociones, sin importar cómo. Se trata de “vomitar” los sentimientos, creyendo que al hacerlo nos liberamos de ellos. Así, lo único que se está haciendo es quitar presión, pero los sentimientos se vuelven a recargar una y otra vez. Lo que hay que hacer durante la expresión, es poner sobre la mesa los sentimientos para que puedan ser comprendidos, y trascenderlos, desde una nueva percepción, que nos permitirá cambiarlos por otros de vibración más alta. Esto nos llevará a un estado mental más pacífico, y más saludable.
3. EL ESCAPE: Consiste en llenar nuestra vida de ocupaciones, trabajo, ruido, fiestas, entretenimientos. Es una huida para no escucharnos a nosotros mismos y seguir en este estado de inconsciencia, de “alejamiento”, manteniendo nuestras mentes ocupadas. Así nos aislamos y seguimos negando nuestros verdaderos sentimientos, lo que nos puede llevar a conductas adictivas.
Liberar el pasado es vivir un presente sin condenación, permitiendo a su vez que se libere el futuro porque ya no arrastra la condena del pasado.
Aquí está el tan buscado libre albedrío: es la oportunidad de volver a elegir. A cada instante puedes elegir cómo quieres vivir cada situación, si la quieres vivir lamentándote o si la quieres vivir soltando o liberando las emociones negativas que intoxican el organismo.
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