Ejercicio de los Diálogos interiores

Encuentro Paz Dirigiendo mi Mundo Emocional

¿Te sientes a menudo en guerra contigo mismo?

Tal vez hay una parte de ti que quiere descansar… mientras otra grita que no puedes parar. O una parte que anhela amor… mientras otra se protege cerrando el corazón.

No estás solo.

Nuestro mundo interno es como una orquesta llena de voces. Algunas tocan notas de ansiedad, control, culpa o duda. Otras, buscan placer, validación o perfección. Todas tienen buenas intenciones. Pero sin dirección, la melodía se convierte en caos.

Y aquí es donde aparece una figura clave: el Ser.
No una parte más, sino tu esencia más profunda, el centro silencioso desde donde puedes observar, comprender y guiar tu experiencia interna con sabiduría y compasión.

¿Quién dirige tu sinfonía emocional?

Imagina que dentro de ti habita un director de orquesta.
Alguien que no juzga ninguna nota, sino que escucha con presencia amorosa. Ese alguien eres tú, cuando conectas con tu Ser: ese espacio interno donde habita la calma, la claridad, la curiosidad, la conexión y el coraje.
Desde ahí, puedes relacionarte con cada una de tus «partes» sin que te secuestren sus emociones.

No se trata de luchar contra lo que sientes.
Se trata de liderar desde tu centro.

Sanar no es olvidar. Es acompañar desde el Ser.

El enfoque de Constelaciones de la Familia Interna (CFI) nos invita a mirar dentro con una nueva lente:
No evitamos las heridas, las abrazamos con una curiosidad amorosa.

Imagina a tu Ser como ese adulto amoroso que por fin se acerca a la parte de ti que quedó congelada en un momento difícil: quizás un niño asustado, una adolescente sola, una parte que aún carga culpa o vergüenza.
No necesita revivir el trauma. Basta con ser escuchada, vista y validada.

Esa es la alquimia de la sanación:

  • Escuchar sin juzgar.
  • Acompañar sin intentar cambiar.
  • Confiar en que, al sentirse segura, toda parte herida puede transformarse.

Cada acto de presencia con una parte exiliada es un paso hacia la libertad emocional.

De la lucha interna a la cooperación consciente

¿Te gustaría que tu mundo interno dejara de sentirse como una pelea sin fin?

Cada una de tus partes internas tiene una función.
La controladora quiere evitar el caos.
La perfeccionista quiere protegerte del juicio.
La evasiva quiere que no sientas dolor.

El problema no es que existan.
El problema es que actúan solas, sin guía.
CFI nos enseña a crear un equipo interno, liderado por tu Ser.

Cuando tomas ese rol, no necesitas eliminar ninguna parte. Solo ayudarlas a evolucionar.
Negociar con tu parte exigente, por ejemplo, no significa rendirte, sino mostrarle que hay formas más amables de sentirte seguro.

Cuando tu Ser lidera, nace la armonía

¿Te imaginas que dentro de ti hubiera colaboración, comprensión y paz?

Eso es posible.

Cuando cada parte interna reconoce la presencia de tu Ser, empieza a confiar.
Y como una orquesta bien dirigida, tus emociones comienzan a tocar una sinfonía coherente, donde todas tienen su lugar.

No es magia.
Es un proceso.
Un camino de reconexión contigo mismo.

Empieza por darte una tregua.
Escucha sin miedo.
Y dirige tu sinfonía desde el corazón.

Ejercicio: Conversa con tu parte más activa hoy

Objetivo: Conectar con tu Ser y escuchar a una de tus partes internas desde un lugar de calma, curiosidad y compasión.

Puedes hacerlo por escrito o en meditación guiada por tu propia voz interior.

Paso 1: Encuentra un espacio seguro y sin interrupciones

Siéntate cómodamente, cierra los ojos por un momento y respira profundo.
Siente tu cuerpo, tu respiración, tu presencia.
Imagina que te anclas en el centro de ti mismo/a.
Desde este espacio, llama suavemente a tu Ser: ese lugar donde habitan la calma, la claridad, la compasión y la curiosidad.

Repite mentalmente: “Estoy presente. Estoy disponible para escuchar.”

Paso 2: Identifica la parte más activa hoy

Piensa en una emoción o pensamiento que haya sido muy fuerte en las últimas horas o días.
Tal vez ansiedad, juicio, cansancio, necesidad de control o deseo de evasión.
No lo analices, solo nómbralo:

“Hoy siento que hay una parte de mí que…”

Ejemplo: “… que está muy ansiosa”, “que quiere aislarse”, “que no se siente suficiente”.

Paso 3: Visualiza y escucha a esa parte

Imagina a esa parte como un personaje dentro de ti: ¿Qué edad tiene? ¿Cómo se ve? ¿Cómo se siente? ¿Dónde está en tu cuerpo?

Desde tu Ser, háblale con ternura. Puedes usar frases como:

  • “Estoy aquí contigo.”
  • “No quiero cambiarte ni apurarte, solo quiero entenderte.”
  • “¿Qué estás necesitando?”
  • “¿De qué estás intentando protegerme?”

Escucha lo que responde.
No te apresures a interpretar. Solo recibe su mensaje.

Paso 4: Ofrece presencia y contención desde tu Ser

Una vez que hayas escuchado, puedes ofrecerle algo simbólico:

  • Un abrazo imaginario
  • Un lugar seguro donde descansar
  • Palabras que quizás nunca recibió: “Te veo. Tu dolor tiene sentido. Ya no estás solo/a.”

Paso 5: Cierre con gratitud

Agradece a esa parte por mostrarse y confiar en ti.
Hazle saber que puede volver cuando lo necesite, que no está sola y que tú, como Ser, estás disponible para acompañarla.

Respira profundo y abre lentamente los ojos.

Si lo deseas, escribe lo que experimentaste.

Repetición:

Puedes repetir este ejercicio cada vez que notes que una parte interna toma el control.
Con el tiempo, tu sistema interno comenzará a confiar en tu liderazgo, y la armonía se volverá más natural.

diplomado que integra Constelaciones Sistémicas y el trabajo con el Sistema de Partes Internas.

La Constelación de la Familia Interna es un enfoque sanador y de autoconocimiento innovador que integra los principios de las Constelaciones Familiares con el modelo de los Sistemas de Familia Interna (Internal Family Systems).

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