Mi Diario de Creencias Limitantes

Una historia de Sanación. Capítulo 3 : Desenterrando Raíces

Las semanas que siguieron a la primera sesión con Elena fueron un torbellino de pequeñas revelaciones para Sofía. No hubo un cambio dramático de la noche a la mañana; el jardín seguía lleno de maleza, pero ahora ella tenía una nueva lupa para observarla. Elena la había introducido al concepto de creencias limitantes: esos pensamientos profundamente arraigados que aceptamos como verdades absolutas y que, sin saberlo, dirigen gran parte de nuestras acciones y reacciones.

«Sofía,» le explicó Elena en una de sus sesiones, «nuestro cerebro, en su afán por protegernos y ahorrarnos energía, crea ‘atajos’ neuronales basados en nuestras experiencias pasadas. Si de niña te dijeron muchas veces que ‘no eras buena en matemáticas’, o si experimentaste un fracaso doloroso, tu cerebro construyó una autopista neuronal que te dice: ‘esto no es para ti’, o ‘vas a fallar’. Y esa autopista, aunque ya no te sirva, sigue activa y te guía, incluso en áreas completamente diferentes de tu vida.»

Sofía sintió un escalofrío. Era como si Elena estuviera leyendo sus pensamientos más íntimos. «Entonces, ¿todas esas voces que me dicen ‘no eres lo suficientemente buena’ o ‘siempre te pasa lo mismo’… son solo autopistas viejas?»

«Exacto,» sonrió Elena. «Son patrones neuronales que se fortalecieron con la repetición. Nuestro trabajo ahora es identificarlas, entender de dónde vienen y, lo más importante, empezar a construir caminos alternativos. La amígdala, esa parte de tu cerebro que reacciona rápidamente con miedo o ansiedad, está muy ligada a esas creencias. Pero tu corteza prefrontal, la parte racional, tiene el poder de observarla y reorientar tu atención.»

El primer ejercicio práctico de Sofía fue simple pero revelador: llevar un «diario de creencias». Cada vez que sentía esa punzada de ansiedad o un pensamiento negativo la invadía, debía anotarlo y, junto a él, la situación que lo había disparado.

Una tarde, mientras preparaba una presentación para su jefe, el pánico la invadió. Su corazón se aceleró, sus manos sudaron. Anotó: «Pienso: ‘Voy a arruinarlo, no soy capaz de hacer algo importante’. Situación: Preparando presentación para el jefe.»

Días después, al repasar su diario, Sofía notó un patrón aterrador. La creencia «no soy capaz» se repetía en situaciones laborales, pero también cuando pensaba en intentar un nuevo hobby, o incluso al considerar iniciar una nueva relación. La raíz era la misma: un miedo profundo al fracaso y a la evaluación negativa.

En su siguiente sesión, Sofía compartió sus hallazgos con Elena. «Es como si tuviera un interruptor automático que se enciende y me dice ‘no puedes’ antes siquiera de intentarlo.»

«Ese es el poder de las creencias limitantes, Sofía,» afirmó Elena. «Pero ahora que las has identificado, las has sacado a la luz. Es como desenterrar las raíces de una maleza muy profunda. A menudo, estas creencias ni siquiera son ‘tuyas’ en origen; las absorbemos de nuestro entorno, de la escuela, de la familia. Pero se adhieren a nuestro sistema nervioso.»

Elena le propuso un nuevo ejercicio: cada vez que Sofía identificara una de esas creencias, debía hacer una pausa y preguntarse: «¿Esto es una verdad real o es una historia que mi cerebro se ha acostumbrado a contarme?» Y luego, activamente, pensar en una o dos pruebas que demostraran lo contrario, por pequeñas que fueran.

La primera vez que lo intentó, al sentir «Voy a arruinarlo» antes de una reunión, Sofía cerró los ojos por un segundo. «¿Es una verdad real? No. ¿He arruinado todas las reuniones? No. De hecho, la semana pasada mi jefe me felicitó por el informe X.» La amígdala seguía gritando, pero la corteza prefrontal, con su nueva herramienta, estaba empezando a imponerse. Era un esfuerzo consciente, agotador, pero Sofía sintió un mínimo alivio. El jardín seguía en proceso de limpieza, pero ahora había una pala y un plan.

¿Alguna vez has identificado alguna creencia limitante que te frene? ¿Qué «historia» te cuenta tu cerebro que ya no te sirve?

REFLEXIÓN NEUROBIOLÓGICA

La historia de Sofía nos recuerda que el cerebro no distingue entre las amenazas reales y las imaginarias: para la amígdala, un recuerdo doloroso puede sentirse tan amenazante como un peligro inmediato. Sin embargo, la plasticidad cerebral —la capacidad de reorganizar y crear nuevas conexiones neuronales— es la clave para salir de ese círculo. Cada vez que Sofía cuestiona sus pensamientos limitantes y busca evidencias que los contradigan, está literalmente esculpiendo nuevos senderos en su cerebro. Aunque el miedo y la duda sigan apareciendo, la neurociencia nos dice que con práctica y repetición, esos viejos atajos pueden ceder paso a caminos más sanos y conscientes. Así, el jardín de su mente empieza a florecer con nuevas posibilidades.

Mini Cápsula de Ejercicios:

Desenterrando Tus Raíces

En el Capítulo 3, Sofía comenzó la valiente tarea de identificar sus creencias limitantes, esas «historias» que nuestro cerebro nos cuenta y que nos frenan. Este es un paso crucial en la transformación. Aquí te dejo dos ejercicios para empezar a desenterrar las raíces de tu propia «maleza»:

Ejercicio 1: Mi Diario de Creencias Limitantes

Este ejercicio es una versión simplificada de lo que hizo Sofía y te ayuda a tomar conciencia de lo que piensas.

  1. Observa el momento: Durante el día, presta atención a esos instantes en los que te sientes frustrado, ansioso, o cuando dudas de ti mismo antes de hacer algo.
    1. Identifica la Creencia: Cuando notes esa sensación, pregúntate: «¿Qué pensamiento estoy teniendo justo ahora que me está limitando o deteniendo?». Por ejemplo: «No puedo hacer esto», «Nunca voy a aprender», «Soy demasiado viejo/joven para eso», «Nadie me valora».
  2. Anótalo: En una nota en tu teléfono, en un cuaderno, o incluso en la sección de «Notas» de Facebook, escribe la creencia. No hace falta que sea perfecta.

Importante: Solo con el acto de escribirla, estás sacando esa creencia de tu mente subconsciente y poniéndola a la luz. ¡Ya es un gran paso!

Ejercicio 2: ¿Verdad Real o Historia Antigua?

Una vez que identifiques una creencia, este ejercicio te ayuda a cuestionarla.

  1. Elige una Creencia: Toma una de las creencias limitantes que anotaste en el Ejercicio 1, o una que te venga a la mente ahora mismo.
  2. Hazte estas preguntas (internamente o en voz alta):
    • «¿Esta creencia es una verdad real e inmutable?»
    • «¿Hay alguna evidencia (por pequeña que sea) en mi vida que demuestre lo contrario?» (Piensa en momentos donde sí lo lograste, o donde alguien te valoró, aunque no sea exactamente lo mismo).
    • «¿Esta creencia me está ayudando o limitando en este momento?»
  3. Visualiza el «Desvío»: Por un momento, imagina que esa creencia es un viejo y polvoriento camino. Ahora, visualiza un nuevo camino, aunque sea estrecho, que te lleva en una dirección más útil o empoderadora.

Reflexión: ¿Cuál fue una creencia limitante que identificaste hoy? ¿Te sorprendió darte cuenta de alguna «historia» que te cuentas?

Puedes leer el Capítulo 4 en https://coachingneurobiologico.com/una-historia-de-sanacion-capitulo-4-el-riego-consciente/

Curso Gratuito de introducción al Coaching NeuroBiológico
Empieza tu camino de sanación y transformación.