¿CÓMO PUEDES EMPEZAR A CREARTE A TI MISMO?
Liberándote de convicciones tóxicas o inútiles, que te tienen aprisionado en lo que eres.
LAS CONVICCIONES
LAS CONVICCIONES SON SENSACIONES DE ABSOLUTA CERTEZA SOBRE ALGO O ALGUIEN, sobre nosotros mismos y el resto del mundo, sobre lo que es posible y sobre lo que no lo es y sobre lo que está bien y lo que no.
También son generalizaciones que influencian nuestras vidas. Las generalizaciones suelen ser muy útiles, facilitan enormemente nuestra vida, nos ayudan a que no tengamos que volver a cosas que ya sabemos cómo funcionan, por lo que, si una pluma funciona de una manera, todas las plumas funcionan de la misma manera, todas las puertas se abren girando el picaporte, etc.
El problema es cuando empezamos a generalizar sobre situaciones, conceptos, con frases como: “todos los hombres son iguales, todas las mujeres se aprovechan de los hombres, tal persona es siempre así de maleducada”, esto nunca funciona…
Las generalizaciones son útiles cuando nos ahorran trabajo y cuando se refieren a convicciones fortalecedoras y útiles. Por el contrario, cuando se generaliza en convicciones debilitantes o inútiles, crean un bloqueo que nos impide avanzar en nuestro camino.
LAS CREENCIAS también son comandos precisos que damos a nuestra mente sobre lo que podemos o no podemos hacer, conseguir, decir, ser.
Hay infinidad de programas inconscientes que se ejecutan en nuestra mente, a veces silenciosos y que nos llevan por caminos que no siempre elegimos deliberadamente.
Tenemos una convicción para cada aspecto de nuestra vida y esta convicción garantiza que nuestros pensamientos, nuestras acciones, nuestros resultados sean exactamente lo que son.
A decir verdad, no hay convicciones erróneas. Una convicción nunca está mal, quien la posee está absolutamente seguro de lo que está expresando, pero habría que determinar si es útil o no para la realización de su vida.
Henry Ford, el industrial de los automóviles, solía decir «Tanto si crees que puedes, como si crees que no puedes, estás en lo cierto«.
¿DE DÓNDE VIENEN LAS CONVICCIONES?
Las convicciones vienen de nuestras experiencias, pero también del mundo que nos rodea: de la familia, de la escuela, de los amigos y de cualquier cosa y persona que interactúe con nosotros.
Desde la primera infancia, los padres comienzan a sugerir qué es correcto y qué no, la escuela nos capacita no sólo para saber leer y escribir, sino también para conocer cuáles son las convicciones actuales de la sociedad (tóxicas en muchos aspectos).
Incluso la CRÍTICA DESTRUCTIVA de nuestros modelos educativos ayuda a generar en nosotros algunas convicciones debilitantes, que desde una edad temprana podemos arrastrar hasta la adultez.
Estas críticas repetidas y aceptadas finalmente como verdades absolutas e indiscutibles generan convicciones sobre nosotros mismos y sobre nuestras capacidades… que serán de ayuda u obstáculo para toda la vida.
Las experiencias personales, llevadas a cabo en consecuencia de aquellas convicciones que nos han sido inculcadas, crean otras convicciones, no siempre fortalecedoras, que se combinan con las de amigos, familiares, ámbitos, etc.
Hemos dicho que las creencias nunca son erróneas, pero pueden definirse como útiles o inútiles para el propósito que nos propusimos, fortalecedoras o debilitantes con respecto a lo que queremos lograr y a nuestro bienestar psicoemocional.
UNA CONVICCIÓN ES COMO UN VESTIDO, lo usas cuando está de moda, para luego dejarlo en el armario o regalarlo cuando ya no nos gusta. Entonces, las convicciones las hacemos nuestras en un momento determinado de nuestra vida, porque en ese momento son útiles y nos protegen de algo. Cada convicción tiene una intención positiva, para luego cambiarlas por otras más útiles cuando sea el momento. Es importante que aprendas a reconocerlas y cambiarlas… a tener siempre a disposición «ropa personal adecuada» y usarla para aquello que necesites.
Las convicciones determinan las acciones. Las acciones determinan los resultados que obtienes. Y los resultados determinan las convicciones que crees.