El pequeño brote de curiosidad que había sentido Sofía al ver la publicación sobre neuroplasticidad era tan frágil como el tallo de una flor recién nacida. Aun así, algo dentro de ella, cansado de la resignación, la impulsó a hacer clic. La página era diferente a lo que esperaba: no había promesas milagrosas ni dietas extremas, sino artículos que hablaban de la conexión mente-cuerpo, del poder de los hábitos y de cómo el cerebro no era una estructura fija, sino un órgano maleable capaz de aprender y adaptarse.
Sofía leyó sobre el coaching neurobiológico y se sintió desconcertada. No era terapia, ni medicina. Era un enfoque que prometía trabajar con las bases biológicas del pensamiento y la emoción para generar cambios duraderos. La idea de que su cerebro, esa masa intrincada que sentía tan ajena a su control, pudiera ser su aliado, era a la vez aterradora y fascinante.
Después de varios días de leer testimonios y artículos, y sintiendo que no tenía nada que perder (excepto su rutina monótona), Sofía reunió el valor para enviar un mensaje. Poco después, recibió una respuesta cálida y profesional de Elena, una coach de la escuela. Acordaron una primera sesión virtual.
El día de la cita, Sofía se sentó frente a la pantalla con una mezcla de escepticismo y una punzada de nerviosismo. Elena apareció en la pantalla, con una sonrisa serena y unos ojos que transmitían calma.
«Hola, Sofía. Bienvenida. Gracias por estar aquí«, dijo Elena con voz suave. «Cuéntame, ¿qué te trae a esta sesión hoy?«
Sofía dudó, sintiéndose expuesta. «Bueno… he estado leyendo sobre esto del coaching neurobiológico. La verdad es que me siento estancada. Es como si viviera en piloto automático, y por más que intento cambiar las cosas, no lo logro. Siento que tengo un jardín, pero está lleno de maleza, y de flores que se marchitan antes de abrirse.»
Elena asintió lentamente, sin juzgar. «Entiendo perfectamente lo que dices, Sofía. Esa sensación de estancamiento es muy común. Y me encanta tu metáfora del jardín, porque es muy acertada. Verás, nuestro cerebro es increíblemente poderoso. Durante años, hemos creído que, una vez adultos, nuestro cerebro era una estructura fija. Pero la ciencia nos ha demostrado que no es así.«
Elena se apoyó un poco hacia adelante. «Hablamos de neuroplasticidad: la capacidad de nuestro cerebro para crear nuevas conexiones neuronales y deshacer las viejas. Es como si tu jardín tuviera un sistema de riego invisible, y si aprendemos a usarlo bien, podemos nutrir las plantas que queremos que crezcan y secar las que no nos sirven.»
Sofía escuchaba con asombro. Nunca se le había ocurrido ver su cerebro de esa manera. «Entonces… ¿se puede reprogramar la mente? ¿Borrar los pensamientos negativos?»
«Más que borrar, Sofía«, explicó Elena, «se trata de reconfigurar. Imagina que tu cerebro tiene miles de caminos. Cuando repites una emoción negativa o un pensamiento tóxico, es como si estuvieras usando un camino una y otra vez, y este se hace más y más profundo. Lo que hacemos es ayudarte a construir nuevos caminos, a desviar tu atención y tu energía hacia rutas más beneficiosas. No eliminamos el camino viejo, simplemente dejamos de usarlo hasta que se vuelva menos relevante.»
«Es un proceso de reaprendizaje de patrones antiguos y de construcción de nuevos«, continuó Elena. «Y lo hacemos trabajando con las bases de cómo tu cerebro procesa la información, las emociones y los comportamientos. No es magia, es ciencia aplicada a tu bienestar.»
Sofía sintió un atisbo de algo que no había sentido en mucho tiempo: esperanza. Una pequeña semilla había sido plantada en su jardín. Tal vez, solo tal vez, esta vez sería diferente.
REFLEXIÓN NEUROBIOLÓGICA
En cada uno de nosotros existe la posibilidad de cambio. La neuro plasticidad, esa facultad maravillosa del cerebro de adaptarse y regenerarse, nos recuerda que no estamos condenados a repetir los mismos patrones de siempre. Así como Sofía descubrió en su jardín interior, cultivar nuevos hábitos y pensamientos significa entrenar al cerebro para que cree nuevas rutas y deje atrás las que ya no nos sirven. No se trata de borrar lo que fuimos, sino de darle a nuestro cerebro nuevas semillas de esperanza y posibilidades. Porque al final, la maleza también forma parte de la tierra fértil donde pueden brotar flores nuevas.
MINI CÁPSULA DE EJERCICIOS:
Creando Nuevos Caminos Neuronales
En el Capítulo 2 aprendimos sobre la increíble neuroplasticidad de nuestro cerebro: la capacidad de crear y fortalecer nuevas conexiones. Si podemos construir nuevos caminos neuronales, podemos cambiar. Aquí te dejo dos ejercicios para empezar a practicar esto en tu día a día:
EJERCICIO 1: El Desvío Consciente del Pensamiento
Este ejercicio se trata de redirigir tu atención cuando un pensamiento no deseado aparece, ¡como construir un nuevo desvío en una carretera!
- Identifica un Pensamiento Recurrente Negativo: Tal como Sofía con sus «no soy suficiente». Puede ser sobre el trabajo, una relación, o cualquier preocupación.
- Obsérvalo sin Juicio: Cuando ese pensamiento aparezca, simplemente nótalo. No intentes luchar contra él, solo reconoce su presencia.
- Desvía tu Atención a un Ancla: En ese momento, elige conscientemente desviar tu atención a algo específico y positivo:
* Tu respiración: Concéntrate en la sensación del aire entrando y saliendo de tu cuerpo por unos segundos.
* Un objeto en tu entorno: Mira un objeto a tu alrededor (un bolígrafo, una planta, tu mano) y descríbelo mentalmente con detalle (color, forma, textura).
* Un recuerdo positivo: Trae a tu mente un momento agradable que hayas vivido (una risa, un paisaje hermoso, un logro).
- Repite: Este ejercicio no se trata de eliminar el pensamiento, sino de practicar conscientemente el desvío. Cuanto más lo hagas, más fácil será construir este nuevo «camino» de atención.
EJERCICIO 2: ¡Cambia tu Ruta! (Mini-Hábito Consciente)
Aquí vamos a aplicar la neuroplasticidad de forma práctica, rompiendo un patrón pequeño.
- Elige una Tarea Cotidiana Mínima: Piensa en algo que hagas en «piloto automático» todos los días:
* El camino al trabajo o a la tienda.
* La forma en que te cepillas los dientes.
* El orden en que te vistes.
* Cómo tomas tu café o té por la mañana.
- Cambia algo Pequeño y Deliberado: Por un día, o incluso solo por una vez, decide hacer esa tarea de una manera ligeramente diferente:
* Toma una ruta diferente (si es posible y seguro).
* Cepíllate los dientes con la mano no dominante.
* Vístete en un orden diferente.
* Cambia la taza que usas para tu bebida.
- Observa la Sensación: Fíjate cómo se siente hacer algo de una manera nueva. ¿Te sientes un poco incómodo? ¿Más consciente? Este pequeño cambio está activando nuevas conexiones neuronales.
Reflexión: ¿Pudiste «desviar» algún pensamiento hoy? ¿Cómo te sentiste al cambiar una pequeña rutina? Comparte tu experiencia, ¡estamos construyendo una comunidad de transformación!
Puedes leer el Capítulo 3 en https://coachingneurobiologico.com/una-historia-de-sanacion-capitulo-3-desenterrando-raices/
