Emociones y Pensamientos

Los pensamientos y las emociones están fuertemente conectados, de manera que pueden afectarse e influirse mutuamente. Las emociones tienen un impacto en los pensamientos, al igual que los pensamientos generan emociones.

Las emociones están conectadas directamente con sus pensamientos y tienen el potencial de influir considerablemente en todas las áreas de la vida, incluyendo la salud, las relaciones y la productividad. La intensidad, la frecuencia y la forma en que se expresan estas emociones pueden variar y son susceptibles de cambio.

Existen modelos de pensamiento que se vinculan directamente con respuestas emocionales concretas. Es muy importante tener este conocimiento para evitar adoptar la postura de víctima indefensa, no responsable de tus emociones y sin la capacidad de tomar acción para generar un cambio.

A continuación, se presentan las respuestas emocionales más frecuentes en relación con los pensamientos limitantes que las generan:

Aburrimiento: «No hay cambios, todo permanece igual».
Inseguridad: «Dudo de mi capacidad para lograrlo».
Asco: «Esto es desagradable».
Celos: «Existen posibilidades de que me quiten a alguien valioso que poseo».
Culpa: «Debería (o no debería) haber actuado de esa manera».
Enfado: «No puede ser de esa manera, no es justo».
Envidia: «Pensé que esto era para mí».
Miedo: «Algo negativo podría ocurrir».
Rencor: «Estoy molesto, pero es mejor guardar silencio».
Resignación: «No habrá mejoras en la situación.»
Timidez: «Si me expongo, seré rechazado».
Tristeza: «He perdido algo significativo».
Vergüenza: » No soy suficientemente bueno».

Si concedemos que hay una conexión directa entre pensamientos y emociones, que las emociones impactan en la conducta y pueden tener repercusiones en todas las áreas de nuestra vida, y que ciertos tipos de pensamiento son tóxicos, es lógico modificar tu manera de pensar. El dilema radica en el hecho de que al tomar como verídicos nuestros pensamientos, nos encontramos en una encrucijada, ya que nos resulta imposible alterar la realidad.

Solo cuando llegamos a comprender que nuestros pensamientos son simplemente interpretaciones, recibimos la clave para abrir la puerta de la cárcel. Tenemos la capacidad de cambiar nuestros pensamientos (interpretaciones) por otros que son igualmente válidos, lo cual nos permite generar mayores niveles de bienestar y eficacia.

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