La función del síntoma

Síntoma

Cuando los síntomas aparecen en el cuerpo de una persona, le guste o no, exige atención, distrayéndola a veces de su vida normal e incluso obligándola a abandonar sus ocupadas actividades.

Desde el punto de vista material, esto supone un inconveniente y una molestia, y debemos recurrir inmediatamente a tratamientos eficaces que alivien los síntomas. Pero después de eso, ya no hubo cura. Después de un tiempo, los síntomas volverán y se volverán más severos, por lo que deberás tener cuidado nuevamente.

El primer paso para la curación es estar dispuesto a aceptar los síntomas, por inapropiados que nos parezcan, a escucharlos, reconocerlos, utilizar nuestro lenguaje corporal para llamar nuestra atención. El objetivo es descubrir la verdadera causa.

Antes de que los síntomas aparezcan en el cuerpo, aparecen en la mente como ideas, pensamientos, miedos, deseos, fantasías, estados de ánimo, etc. Por eso es tan importante el momento exacto en el que aparecen los síntomas, porque a partir de ahí podemos deducir cómo se relacionan con nuestra situación de vida actual. 

Cada parte de nuestro cuerpo representa simbólicamente un área determinada de nuestra vida. Por ejemplo, los pies nos permiten avanzar y acercarnos a los demás, estableciendo así relaciones personales o sociales. Los ojos nos hablan de la forma en que vemos la vida, nuestra capacidad para centrarnos en la vida y ver a los demás. El oído nos dice algo sobre nuestra capacidad para oír, oír y mantener el equilibrio. La piel es un caparazón que representa los límites del yo,  define los límites entre tú y yo y nos enseña sobre el contacto con los demás. Los brazos nos hablan de la acción y de la capacidad para actuar “valerse de buenos brazos”. El sistema reproductivo habla no sólo de la sexualidad, las relaciones íntimas con los demás, sino también de las relaciones con los hijos, de la capacidad para ser madre o padre.

Cuando una parte de nuestro cuerpo nos llama la atención o nos preocupa, expresa que hay un problema en el área de la vida que simbólicamente representa esa parte u órgano. Por tanto, debemos empezar a buscar el evento que provocó el síntoma.

Si entendemos el mensaje, reconsideraremos qué hizo posible el problema y aceptaremos cambiar nuestros propios modelos mentales defectuosos. Esta zona de nuestro cuerpo deja de atraernos, lastimarnos o molestarnos y vuelve a un estado de equilibrio llamado salud.

Como puedes ver, la función del síntoma es revelar lo que es inaceptable en nosotros o en los demás y nos obliga a cambiar las creencias negativas para superar la situación.  Por lo tanto, cuando negamos los síntomas, estamos negando una parte de nosotros mismos, la parte que más necesita reconocimiento y aceptación para estar íntegros y sanos.


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