Aunque es normal buscar la aprobación y el amor de nuestros padres, es importante recordar que, como adultos, no dependemos de ellos emocionalmente.
Es posible que hayamos crecido con la idea de que necesitamos la aprobación de nuestros padres para sentirnos valorados o amados. Sin embargo, a medida que maduramos, es importante que aprendamos a valorarnos y amarnos a nosotros mismos, sin depender de la aprobación o el amor de nuestros padres.
Esto no significa que no debamos tener una buena relación con nuestros padres o que debamos alejarnos de ellos. Simplemente significa que, como adultos, tenemos nuestra propia vida y nuestras propias decisiones que tomar. Podemos apreciar el amor y la aprobación de nuestros padres, pero no debemos depender de ellos emocionalmente para sentirnos bien con nosotros mismos.
Es importante reconocer que nuestros padres son humanos y pueden tener sus propias limitaciones, debilidades y desafíos. Pueden tener expectativas o deseos para nosotros que no coinciden con nuestros propios deseos o necesidades. A medida que maduramos, es importante aprender a tomar nuestras propias decisiones y establecer límites saludables en nuestras relaciones con ellos.
Es posible que nuestros padres no siempre estén de acuerdo con nuestras decisiones o acciones, y eso está bien. Como adultos, tenemos la capacidad de tomar nuestras propias decisiones y vivir nuestras propias vidas, incluso si eso significa que nuestros padres no siempre estén de acuerdo o no nos den su aprobación.
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