Todos hemos experimentado dolor alguna vez, física o emocionalmente. Sin embargo, existen dos clases diferentes de dolor, que surgen de dos “lugares” muy distintos. A uno lo llamamos dolor real, y al otro, dolor imaginario o, más comúnmente, sufrimiento.
El sufrimiento siempre es generado por nuestra resistencia inconsciente al dolor real, pero el dolor real no requiere sufrimiento. Cuando hablamos de dolor, nos referimos a un concepto amplio de dolor, definido como una contracción de energía. Podemos experimentar dolor en diferentes niveles: físico, emocional o espiritual. De hecho, cuando escuchamos la palabra dolor, a menudo pensamos en manifestaciones agudas, físicas o emocionales. El dolor también puede ser descrito como incomodidad, tensión, estrés, o ser percibido como algo extemporáneo o “fuera de lugar”. Dolor es cualquier cosa que nos impida sentirnos bien con nosotros mismos o no se sienta bien dentro de nosotros.