Alzheimer

Alzheimer

El Alzheimer es una enfermedad que afecta gradualmente a varias áreas del cerebro, que se van deteriorando lentamente, debido a su naturaleza neurodegenerativa. Se destaca principalmente por una incapacidad para retener información reciente o a corto plazo, acompañada de un deterioro en la capacidad mental y comportamientos alterados.

SENTIDO BIOLÓGICO:

Desconexión de la vida real. Huida de cualquier recuerdo que pueda causarme daño y hasta llevarme a la muerte. Eliminar cualquier memoria que pudiera causar más problemas en mi fisiología. No volver a cometer.

El cuerpo y el cerebro responden protegiendo a la persona de memorias no deseadas y peligrosas, lo que lleva a un retorno a la inocencia. ¿Cuántas veces hemos reflexionado en la posibilidad de olvidar o eliminar algo que ha ocurrido? Aquellas personas que se resisten a enfrentar su vida o su situación actual (sin juzgar si tienen motivos válidos o no) regresan a un estado de inocencia, sin preocupaciones, olvidando así las cargas psico-bio-emocionales de su sistema.

CONFLICTOS A BIODESCODIFICAR

Conflicto de una separación brutal.
Presencia de conflictos recurrentes no resueltos, experimentados en diversas áreas de la vida (económica, sentimental, laboral, doméstica...), y que generan numerosas heridas emocionales, hasta alcanzar un nivel insostenible.
Dificultad para entender las situaciones. «No puedo encontrar una solución si no entiendo algo«.
Conflicto de falta de reconocimiento: «No puedo reconocer a los demás si no fui reconocido yo mismo«.
Problemas con recuerdos extremadamente impactantes (homicidios, suicidios, grandes pérdidas...).
Presionarse constantemente para realizar algo que no se desea hacer hasta que la única opción es abandonar las responsabilidades. Problemas de divorcio y violencia.
Conflicto familiar donde expreso: «deseo que estén a mi lado, pero yo no deseo estar junto a ellos«.

Es importante tener en cuenta las pequeñas pérdidas de memoria que puedan surgir con el tiempo para prevenir el Alzheimer. Debemos empezar a abordarlas.

Una vez que los síntomas hayan surgido en la etapa final, no se puede retroceder, por lo tanto, se debe trabajar con los acompañantes de la persona para que puedan adquirir las herramientas necesarias y evitar reforzar el conflicto.


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