El cáncer es una de las enfermedades más importantes de los últimos años. Se desarrollan células cancerosas anormales y, debido a que el sistema inmunológico no responde a estas células, se multiplican rápidamente.
Los seres humanos a menudo tenemos células pre-cancerosas en el cuerpo, pero el sistema inmunológico (nuestro sistema de defensa natural), se encarga de ellas antes de que degeneren. Debido a que estas células anormales crecen de manera incontrolable y continua, pueden dañar el funcionamiento de un órgano o tejido, afectando así partes importantes del cuerpo.
Según el Dr. Hamer, el cáncer es causado por un DHS (Bioshock), o sea un impacto emocional recibido en soledad o aislamiento psicológico un tiempo antes de que se desarrollara el cáncer. La ubicación del tumor dependerá del evento y de la experiencia subjetiva (interpretación emocional). Por tanto, el cáncer sería una respuesta biológica a un conflicto no resuelto.
CONFLICTOS A BIODESCODIFICAR
Todos los tipos de cáncer tienen un conflicto de identidad, donde no somos quienes deseamos ser. Necesitamos preguntarnos: ¿qué es lo que no queremos que muera? (juventud, trabajo, relaciones, pensamientos…).
Los pacientes con cáncer suelen ser personas que guardan rencores de larga data o problemas emocionales no resueltos con el pasado, creyendo que es algo inofensivo, normal o imposible cambiar. Y claramente se sienten profundamente heridos por todo esto.
Un cáncer normalmente tiene varios conflictos programantes y un desencadenante.
Es muy importante darnos cuenta del sufrimiento que vivimos de niños y darnos el permiso para rechazar a uno o ambos padres, si así lo sentimos.
Los conflictos vividos en soledad crean la gran mayoría de los problemas. Debemos perdonar, pero no olvidar que la mayor necesidad de las personas con cáncer es perdonarse a sí mismas por albergar estos pensamientos de odio o ideas de venganza.
También es importante perdonar al niño que llevamos dentro, el que vivía en silencio y se sentía enojado y resentido sin nadie que lo apoyara o lo entendiera. Y debemos dejar de pensar que rechazar a los demás significa ser malo. No está mal, es humano.
Si para sanar tengo que (por ejemplo) ir al sur, pero la gente que me ama no quiere ir al sur, entonces tendré que tomar una decisión: o me quedo con la gente que me ama, o “voy al sur” a sanarme.
En definitiva, todo gira en torno al mismo tema: tomar conciencia de que es correcto ser quienes somos.
Proyecté mi realidad en quienes me rodeaban y ellos me la reflejaron como un espejo, comportándose como yo mismo creía que merecía. Si quiero liberarme de esto y renovar “mi realidad”, debo alejarme de esas actitudes inconscientes y repetitivas que me causan dolor.
Evité aceptarme y amarme porque pensé que no lo merecía. Mis ganas de vivir son casi nulas. Me siento inútil. “¿De qué sirve vivir?”. Me estoy autodestruyendo (suicidio disfrazado). Siento que he “fracasado” en mi vida.
La parte del cuerpo afectada me muestra la naturaleza de mi(s) problema(s): me dice qué patrones mentales o actitudes debo cambiar para sanar la enfermedad.
Tengo que reconectarme conmigo mismo y aceptarme tal como soy, con mis cualidades, mis defectos, mis fortalezas y mis debilidades.
Aceptar mi enfermedad es indispensable. Si me niego a aceptar mi enfermedad, ¿cómo podré sanarme?