BASURA MENTAL

Basura Mental

Lo primero que tenemos que hacer es dejar de luchar contra los pensamientos. Lo que se resiste, persiste. Y luchar en contra de los pensamientos tóxicos sólo los refuerzan y crean una guerra interna agotadora. Así como la función del corazón es latir, podríamos decir que la función de la cabeza es razonar, explicar, justificar.

Una forma es prestarles menos atención. Darnos cuenta de que los pensamientos son sólo pensamientos. No son la verdad, no son la realidad. Son residuos del pasado. Residuos de programas, experiencias, creencias, cultura, educación, transgeneracional, etc. Residuos, o sea, prácticamente, basura. No tienen, ni de lejos, el valor que la cultura occidental ha pretendido darle. Hay pensamientos útiles, otros inútiles y otros tóxicos. ¿Para qué mantener pensamientos que son tóxicos? ¿Tiene algún sentido sostener pensamientos, que no son verdad y que nos hacen daño? Cuando nos damos cuenta del sinsentido, poco a poco, estos pensamientos van perdiendo energía.

Podemos ser observadores de los pensamientos. Observarlos como “pensamientos”, y no como “mis pensamientos”. O sea, empezar a desidentificarnos de ellos. No somos nuestros pensamientos!!!

Los pensamientos «que se apoderan de mi mente» están muy relacionados con los engramas, los juicios personales automáticos, la herencia transgeneracional, el proyecto sentido (la vida intrauterina), los programas inconscientes, la resonancia, etc. Todos estos temas los abordamos a lo largo del diplomado en Coaching NeuroBiologico.

Los pensamientos que nos atrapan, aparecen en forma automática a partir de un problema o inconveniente, que lo explica o lo justifica o solamente lo enjuicia…


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