¿Existen las emociones malas y buenas?

Emociones malas y buenas

Todas las emociones son necesarias, no hay malas emociones, solo hay que entender que algunas emociones son más placenteras que otras. Es necesario reconocerlas y expresarlas adecuadamente para encontrar el equilibrio personal.

Dicen que ciertas emociones son negativas, pero eso no es cierto, algunas nos hacen sentir bien, y otras nos hacen sentir mal. Pero las emociones desagradables también son necesarias porque, si se gestionan bien, pueden ayudarnos a proteger nuestro espacio vital.

Por ejemplo, la ira, ayuda a establecer límites y proteger los propios derechos. El único inconveniente de las emociones es mantenerlas reprimidas o negadas.

En este sentido, emociones como la alegría, el amor o el placer nos hacen sentir bien, mientras que otras emociones como la tristeza, la ira o el miedo provocan malestar. Pero recuerda que cada emoción es necesaria para el crecimiento personal.

El cuerpo humano reacciona y da una respuesta fisiológica y psicológica a estímulos reales o imaginarios, y cada cuerpo reacciona de manera diferente. Es importante aprender a gestionar las emociones para que no generen sentimientos de estrés e incomodidad.

¿Por qué se llaman positivos o negativos?

Se llaman emociones positivas porque tienen la capacidad de crear un sentimiento de bienestar, pues provienen de pensamientos positivos.

¿Cuáles son las emociones agradables más comunes? Los más notables son la alegría, la paz, el amor y la ternura, por nombrar algunas. Al identificarlas, el cuerpo se abre permitiéndonos sentirnos mejor.

Por el contrario, cuando una persona experimenta emociones como miedo, tristeza o ira, se siente estresada, tal vez con ganas de llorar, por lo que se las llama negativas. Estas emociones desagradables hacen que el cuerpo se contraiga.

Se llaman “negativas”, porque sus pensamientos provocan rechazo. Las personas suelen intentar evitar estas emociones, pero negarlas o reprimirlas puede ser muy perjudicial, por lo que es mejor aprender a gestionarlas.

Todas las emociones, incluso las «negativas«, cumplen una función esencial en la vida. Por ejemplo, la ira te ayuda a establecer límites y expresar tus ideas con mayor fuerza y ​​firmeza. El miedo protege tu integridad física y mental. La tristeza te ayuda a aceptar tu pérdida y te invita a reflexionar, para luego renovar tu energía. Por eso, es importante aceptar cada emoción, agradable o desagradable, y analizar: ¿Qué paso que la sientes? ¿Qué quiere decirte tu cuerpo?

Se trata de identificar la intención positiva en cada emoción y procesarla lo más rápido posible, porque las emociones que una persona siente llevan un mensaje, incluso cuando no es necesariamente fácil decodificarlas.

Es importante que comprendas que aprender a manejar tus emociones es importante para tu bienestar personal, sin embargo, también puede tener un impacto beneficioso en quienes te rodean.

No debemos reprimir nuestras emociones, al contrario, debemos intentar comprender el mensaje que nos quieren transmitir. Lo principal es aprender a gestionarlas para que no resulten perjudiciales en nuestra vida.


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