Diferencia entre curar y sanar

Curar y sanar

Comprender la diferencia entre curar y sanar es fundamental para alcanzar el estado de plenitud que soñamos en nuestra vida. Por desgracia, crecemos convencidos de que la salud y el bienestar se logran exclusivamente manteniendo el cuerpo lejos de las enfermedades; sin embargo, muy a menudo descuidamos los aspectos mentales y emocionales que también forman parte de nuestro ser.

El hombre es una entidad indivisible, compuesta de cuerpo, mente y espíritu; si una de las partes ha sido dañada, irremediablemente afectará a las demás. Es por eso que resulta fundamental atender no solo a la curación de las dolencias o síntomas físicos, sino, además, ocuparnos en sanar heridas emocionales.

¿Cuál es la diferencia entre curar y sanar?

Una persona puede estar en perfecta forma física, con su sistema inmunológico fuerte, todos sus órganos sanos y una relativa estabilidad psicológica. De hecho, puede que en algún momento no muy lejano se haya enfermado, pero luego haya logrado curarse con fármacos de laboratorio o un tratamiento específico de la mano de su médico de cabecera.

No obstante, tal vez haya algo que le esté impidiendo desarrollarse al máximo de su potencial. Puede que se sienta limitada, pero desconoce el motivo; o, sin explicación alguna, está triste, desanimada, enojada o resentida. En el mediano y largo plazo, este desequilibrio interno termina reduciendo su calidad de vida.

Y esto puede provenir de un malestar latente que necesita atención, y que se relaciona con traumas no resueltos y/o emociones inhibidas. Aquí es donde entra a tallar la necesidad de sanación, que se basa en un enorme trabajo interior enfocado en una correcta canalización de las emociones, sentimientos e ideas con que uno carga. Por desgracia, la educación formal no nos prepara para lidiar con todo esto, como así tampoco se suele hablar abiertamente de temas similares en el seno del hogar.

A diferencia de lo que sucede con la curación, que es externa (se materializa en aparatos, medicación, entrenamientos que la persona recibe), y que se dirige a síntomas visibles, la sanación es interna y apunta a procesos más bien inconscientes. En tanto no consciente, a menudo queda soslayada, de tal forma que nos acostumbramos a vivir sin ella… en otras palabras, a vivir heridos y encadenados.

Ahora bien ¿cómo hacer para sanar por dentro cuando no somos capaces de detectar, por nosotros mismos, todo eso que nos pesa tanto? La biodescodificación nos está ofreciendo una respuesta.

El Coaching NeuroBiológico como herramienta para sanar.

El Coaching NeuroBiológico es una de las disciplinas que abre la puerta a un proceso integral de sanación. Nos ayuda a centrarnos en nosotros mismos como protagonistas de nuestras decisiones, en lugar de seguir culpando a los demás de lo que nos pasa. Y aceptar la realidad que estamos viviendo, es el primer paso para estar mejor.

Sin embargo, no podemos sanar algo que no aceptamos; ni, asimismo, podemos asumir aquello que no podemos reconocer como un aprendizaje. A través del continuo entrenamiento y la reflexión dirigida, nos sumergimos en un profundo viaje de autoconocimiento para descubrir los traumas que heredamos, las culpas que cargamos, los miedos que nos inculcaron y el perdón que nos falta dar.

El Coaching NeuroBiológico activa mecanismos internos de cambio que nos permiten ver la vida con otro enfoque y expresar nuestras emociones de la forma correcta. Así, habremos sanado genuinamente, lo que nos permitirá estar en paz con nosotros mismos y con quienes tenemos a nuestro alrededor.

Curar el cuerpo, sanar el alma: he aquí la clave del equilibrio y la felicidad que tanto anhelamos. Lograrla no es imposible, pero sí se hace preciso tomar el toro por las astas y hacernos cargo de la responsabilidad que tenemos por nuestro propio ser.


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