Frecuentemente hay una brecha entre tú, como adulto competente, y esa parte de ti que comenzó a crecer cuando eras un niño: tu niño interior. La desconexión produce una visión distorsionada de la realidad.
Podrías interpretar la apariencia de un adulto como «tengo la capacidad de tomar mis propias decisiones en mi vida«. Sin embargo, tu guardián interno no tiene fe en tu capacidad para alcanzarlo, y se aferra a la convicción de que serás mucho más feliz al permanecer en tu zona de confort. Pequeño y seguro, sin correr riesgos.
Para superar esta desconexión o fragmentación y persuadir a tu mente inconsciente de que ya no eres la persona pequeña e impotente de antes, necesitas ser consciente de esta poderosa percepción de ti mismo que posees en algún lugar.
Haz una enumeración de tus logros, habilidades y talentos para fortalecer tu percepción de que ya no eres un niño indefenso. Después, podrás enfrentar y cambiar el foco del diálogo interno negativo.
Si decides ignorar o reprimir esa parte ansiosa e insegura, es posible que cause una desconexión aún más grande. En lugar de eso, asístela a deshacer la ilusión de que no eres lo suficientemente bueno o de que no estás seguro mostrándole las pruebas de tu realidad adulta más positiva y poderosa. Tu labor es básicamente señalar a esa voz interna las cualidades positivas tanto tuyas como de tu vida, con el fin de persuadirla de que su perspectiva negativa altera la percepción de la realidad.
Para lograr resultados, es necesario que te acerques a esa parte de tu ser desde el corazón, demostrando amabilidad y comprensión. Es muy impactante imaginar a este guardián interno como una versión más joven de ti mismo que solamente se siente asustada, inquieta e indefensa, tal como sucedía cuando eras niño. Por lo tanto, bríndale consuelo y garantízale protección a esa parte, cambiando sus pensamientos negativos hacia una conciencia positiva de oportunidades.
Imagina que la parte de ti que está hablando es como un niño de 7 años. ¿Cómo encontrarías consuelo y proporcionarías tranquilidad a esa versión más joven de ti después de escuchar su voz llena de ansiedad? ¿Qué consejo le darías para ayudarle a ver la realidad de una manera más optimista y positiva?
A través de esta mirada interna compasiva, se establece una conexión entre el yo adulto y el yo infantil que todavía se encuentra enredado en experiencias pasadas. Mediante la práctica regular y constante de este breve ejercicio, es posible dejar de oír esa voz interna que trataba de llamar la atención, ya que finalmente ha obtenido el respaldo, la atención y la confianza que requería.
Frecuentemente, una porción del inconsciente se forma en una fase temprana de la infancia, mientras que la otra se desarrolla más tarde, en la adolescencia. Ambas partes pueden tener diferencias significativas en su enfoque para proteger. El primer mecanismo de defensa interno se enfoca en prevenir riesgos y evitar ser rechazado escondiéndose, volviéndose invisible o agrandando a los demás. La parte inconsciente que se desarrolló posteriormente puede buscar reconocimiento y aceptación a través de logros y éxito. En la segunda etapa de la adolescencia, es posible que surja una actitud más controladora y desafiante, con el propósito de alejarse de la familia o de las normas sociales para buscar una vida sin limitaciones.
Es muy revelador identificar estas voces y ver y hablar con estos «yoes» internos más jóvenes en distintas etapas de sus vidas. Es tu responsabilidad, como adulto amoroso, compasivo y digno de confianza, guiar a tus protectores internos hacia la totalidad de la persona que eres en este momento. También es una gran oportunidad para ti.