La fiebre es cuando la temperatura del cuerpo aumenta por encima de lo usual (37 grados centígrados). Frecuentemente, está vinculado con la sudoración y el enrojecimiento de la piel, causando sofocos.
La fiebre es un síntoma de emociones que me queman. Estos sentimientos se convierten en furia hacia mí mismo y otras personas, o hacia un evento. Mi cuerpo entero es invadido.
¿Por qué es necesario que llegue a este punto? ¿Estoy compensando de alguna manera para descansar y recibir más amor y atención? ¿Necesito este período de inactividad para adaptarme a una realidad que cambia rápidamente?
Por lo general, es una emoción que «quema«, que aparece cuando la vida se vuelve demasiado «caliente» para manejar y toma la forma de ira intensa, indignación, decepción o preocupaciones.
Si soy un niño, la fiebre repentina puede estar vinculada a problemas emocionales, enojo o a un dolor reprimido. Como niño, no tengo la capacidad de comprender mentalmente mis emociones, por lo tanto, las expreso a través de mi cuerpo.
FUNCIÓN BIOLÓGICA:
La fiebre cumple la función de regular o restablecer la temperatura del cuerpo. Siempre que hay fiebre, es para recuperar el calor que se ha perdido.
La tiroides es la glándula encargada de regular la temperatura corporal, por lo tanto, relacionamos los problemas de temperatura elevada con la tiroides.
CONFLICTOS A BIODESCODIFICAR
Conflicto asociado con la falta de calor humano.
Por ejemplos, un pequeño niño tiene fiebre semanalmente debido a que su madre trabaja fuera y el niño anhela su afecto. Otro ejemplo son los sofocos que experimentan las mujeres durante la menopausia, que son una forma de compensar el calor del macho.
Conflicto vinculado a temores arcaicos (glándula tiroides).
Manera de evadir la crítica (especialmente en los niños) y temor a hacerse adulto.