Introducción a la Biodescodificación – Parte 3
El sentido básico de la biología es sobrevivir. Para lograrlo en un entorno en constante cambio, la especie humana aprendió a protegerse, a moverse para encontrar agua y alimentos y a establecer vínculos entre los individuos.
Nuestras células aprendieron a respirar oxígeno hace millones de años, a transformar sustancias del entorno para obtener energía, a guardar la información de todo lo que asimilaban para transmitirlo a la siguiente generación.
Debido a que la evolución del ser humano está básicamente marcada por el desarrollo cultural y el lenguaje, un impacto conflictivo puede venir tanto de una situación real: “me asfixio por el humo de un incendio”, como de una situación simbólica o figurativa: “me asfixio por una situación”.
Todo síntoma tiene una utilidad biológica. Un aumento de células en el estómago responde a la necesidad de digerir un pedazo muy grande que nos hemos tragado. Lo mismo podríamos decir de un aumento de células en los alveolos pulmonares, zona de intercambio vital del oxígeno-dióxido de carbono. Una tendinitis puede impedirnos un movimiento que no deseamos hacer, una verruga nos protege de algo feo, etc.
Ante la presencia de un síntoma o enfermedad, nos preguntaremos: ¿a qué situación me he adaptado biológicamente?, ¿Qué me impide hacer?, buscando siempre la coherencia entre el síntoma y la historia de la persona, en la vida personal como en la memoria transgeneracional y el Proyecto Sentido.