Si tengo la costumbre de morderme las uñas, significa que tengo mucha ansiedad interna. Tal vez esta también pueda ser una profunda inseguridad de no tener la capacidad para ser o hacer lo que se espera de mí.
Si estamos hablando de un niño, podría indicar que hay rencor o frustración hacia uno de los padres, esta misma situación podría ocurrir incluso en la etapa adulta.
Me siento incapaz de ser autosuficiente y quiero que los demás cuiden de mí.
También puedo expresar un desbordamiento inminente de emociones retenidas.
Nuestras uñas son un remanente de las «garras«. El propósito biológico de la onicofagia (comerse las uñas) es el de quitarse las uñas para evitar atacar.
CONFLICTOS A BIODESCODIFICAR
Conflicto de impotencia.
Ansiedad por algo a lo que quiero atacar, pero no puedo o no debo hacerlo.
No debo aferrarme, ser agresivo o marcar mi territorio.
Conflicto de separarse de la madre.
Temor de rascar la superficie y encontrar algo desagradable.
Temor por enterrar a alguien o a ser enterrado (investigar en el ámbito transgeneracional).
Sentimientos de enojo y furia dirigidos hacia uno de los padres.