De acuerdo con las últimas publicaciones del New York Times, al menos 2 de cada 5 enlaces matrimoniales terminan en un divorcio. Esta situación no hace más que crecer a medida que pasa el tiempo, a la vez que se reduce el número de bodas en todo el mundo.
En el medio de este proceso, muy a menudo se encuentran los hijos del matrimonio, que, en su gran mayoría, lo experimentan como una vivencia traumática y dolorosa. ¿Podemos trabajar sobre esto de otra manera, transitar el duelo de forma saludable y lograr equilibrar nuestras emociones, con el menor sufrimiento posible? El Coaching NeuroBiológico nos está demostrando que sí.
Un divorcio ¿puede ayudar a la familia a sanar?
Sin duda alguna, provoca tanto dolor un divorcio como una mala relación matrimonial. Es triste ver cómo miles de parejas eligen permanecer juntas para no afectar a sus hijos y no romper el núcleo familiar. No obstante, hacer esto no es la decisión más acertada. Un hogar donde no hay afecto, es tan disfuncional como suponemos que es uno mono parental. E incluso, mucho más.
Los largos silencios, las discusiones encendidas, el ambiente de tensión que se puede vivenciar en un hogar con un matrimonio roto, provocan que los hijos se sientan incómodos y tristes, a la vez que sospechan que algo malo está pasando. En estos casos, un divorcio puede significar una reacción a tiempo para salir de una espiral de dolor que se va profundizando.
Lejos de vivirlo como un trauma, podemos aprovecharlo como una oportunidad para recuperar una libertad perdida que nos permita tomar mejores decisiones. Tú eres perfectamente capaz de retornar al estado de bienestar que tenías previo a tus peleas matrimoniales. Debes darte una chance de recobrar tiempo y espacio para ti, para tus hijos y para la vida armoniosa que desean tener como familia.
Las peleas surgen como fruto de una pobre inteligencia emocional que no nos permite expresar claramente nuestros límites, necesidades, esperanzas, temores y sentimientos. Por el contrario, el Coaching NeuroBiológico nos brinda herramientas para que aprendamos a gestionar eficazmente nuestros pensamientos y emociones, y de esta forma, vivamos mejor.
Cómo trabajar el divorcio con la biodescodificación
Con un divorcio saludable, una familia no se destruye, sino que se reconfigura. Los miembros del núcleo familiar siguen queriéndose, ayudándose y respetándose, solo que funcionan de una manera diferente a la acostumbrada. Lograr este delicado equilibrio y mantenerlo, sin duda requiere mucho trabajo interno.
La biodescodificación es la disciplina que puede equiparte con las herramientas que necesitas para facilitar la comunicación con tus hijos y la persona que elegiste a tu lado, aunque ahora esté dejando de ser tu pareja. Ayuda no solo a detectar, reconocer y aceptar las emociones que nos inundan, sino también a “pensar fuera de la caja”, deshaciéndonos de los patrones de pensamiento adquiridos que nos impiden llegar a un acuerdo.
Si quieres alcanzar una resolución aceptable para tus conflictos familiares, no deberías buscar tanto afuera sino más bien adentro. Tú llevas contigo las armas necesarias para aprender a dialogar de verdad con tu familia, a través de una comunicación asertiva, comprensiva y sincera. Lamentablemente, nos han educado deficientemente en la gestión de nuestras relaciones con los demás; no obstante, aún estás a tiempo de cambiar ese patrón.
Este es el momento para que le dejes a tus hijos un legado importantísimo: el arte de saber llegar a los demás, a través del trabajo activo en una rica interioridad. De esta forma aprenderán a salvar cualquier conflicto y no vivirlo como un trauma, sino como una situación de la que salir fortalecidos.