Sonreír y ser amable, en general, te permite experimentar menos estrés, un mayor nivel general de bienestar y ayuda a combatir la ansiedad y la inflamación en tu cuerpo. Esto también ayuda a que tu sistema inmunológico se mantenga saludable.
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Kansas descubrió que sonreír reducía los niveles de estrés y mejoraba el estado de ánimo. Los investigadores descubrieron que los efectos beneficiosos de sonreír sobre la frecuencia cardíaca y el estado de ánimo estaban presentes incluso cuando los participantes no eran conscientes de que en realidad estaban sonriendo.
El poder de una sonrisa para brindar beneficios físicos tangibles se demostró en un estudio de 2017 en el que los corredores de élite se sometieron a una serie de pruebas en la Universidad de Ulster y la Universidad de Swansea. Los resultados mostraron que sonreír antes e incluso durante una carrera producía una relajación general de la tensión muscular que resultaba en ganancias de eficiencia de hasta un 2,78 % mientras se corría.
La tensión muscular reducida mejora el flujo sanguíneo en todo el cuerpo, incluido el cerebro, requiere menos oxígeno cuando el cuerpo no está funcionando a un ritmo elevado y reduce el estrés general, lo que reduce los niveles de la hormona del estrés, el cortisol, en el cuerpo.
Los niveles de cortisol en el cuerpo aumentan a medida que aumenta el nivel de intensidad del ejercicio. El cortisol tiene muchos efectos beneficiosos cuando el cuerpo está trabajando al máximo, pero también afecta la forma en que el cuerpo maneja los procesos neuroquímicos, incluida la síntesis de proteínas, cuando se acumula más allá de ciertos límites.
Aún más importante, un estudio de 2018 realizado por el departamento de psicología de la Universidad de Wisconsin descubrió que sonreír no solo afectaba a la persona que sonreía, sino también a quienes la rodeaban. Hacer que las personas que nos rodean se sientan felices también nos ayuda a sentirnos bien y reduce nuestros niveles de estrés.